martes, 13 de abril de 2010

Chiriguanos

Esta cultura se basó principalmente en la agricultura, y cultivaron el maíz, porotos, calabazas, mandioca dulce, sorgo, melones y algunas frutas. Para almacenar las cosechas, construían graneros sobre pilotes.

Tenían jefes con poder casi absoluto y se diferenciaban: los que gobernaban una aldea de los que lo hacían con un grupo de aldeas; la jefatura era hereditaria. Además de gobernantes, los caciques eran jueces, jefes de guerra y únicos poseedores de la tierra.
La historia de los Chiriguanos, ubicados en el chaco occidental, en las provincias de Salta y Jujuy, se remite desde fines del XIX y principios del XX a una resistencia cultural que hace cada día más difícil. Integrados a las nacientes economías regionales como los ingenios o defendidos en sus aldeas con sus patrones tradicionales de vida, los Chiriguanos son en este período fuertemente influenciados por los misioneros franciscanos, "instalados en Bolivia desde principios del siglo XVII, quienes revitalizan su tarea hacia mediados del siglo XIX desde los colegios de Tarija y el de Misioneros Franciscanos de Salta".

A partir de 1924 el Padre Gabriel Tommasini funda el Centro Misionero Franciscano en el entonces pueblo de Tartagal, entre las aldeas Chiriguanas, sucediéndose la creación de centros misioneros.

Muchas de estas misiones contaban con escuelas, iglesia y centro asistencial y promovían planes de vivienda y para la agricultura.

Pero la lucha por la tenencia de la tierra, la explotación económica a que son sometidos los trabajadores en ingenios, plantaciones, obrajes o quintas; la pérdida paulatina de las practicas tradicionales (caza, pesca, recolección, agricultura) o las dificultades crecientes para llevarlas a cabo, debido a la presión de la sociedad nacional que los rodea, mantienen a las comunidades en una actitud de defensa cotidiana. En este sentido, sólo la fuerza natural del ethos Chiriguano ha permitido que este pueblo haya podido soportar la compulsiva incorporación al contexto económico regional.

Las sublevaciones más importantes de los Chiriguanos se habían producido en 1875 y1893, como consecuencia de la explotación a que eran sometidos; desde entonces, el hombre blanco se convierte en el "Caray Pochi", el blanco malo, tirano o perverso. Esto repercutió en la resistencia que se desató a todos los niveles y a través de manifestaciones sutiles: solidaridad con el robo de ganado; desgano en el trabajo; rechazo a los sacramentos de la Iglesia.

También la resistencia se expresó en actitudes más virulentas, ya que se reagruparon en nuevas comunidades en las que revitalizaron las antiguas tradiciones culturales.

FUENTE: http://www.rumbojujuy.com.ar/

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